
En 1992 antes del Acuerdo
Nacional para la Modernización de la Educación, se acepto que se tenían varios
retos como: rezago educativo, vinculación con el sector productivo, avance
tecnológico, a los que debía enfrentarse
el sistema educativo nacional para ser más participativo, eficiente y de mejor
calidad.
Esto nos lleva a que la educación
debe ser de calidad y extender su cobertura; por ello la modificación de los
contenidos, renovación de métodos de enseñanza, formación y actualización de
docentes, articulación de los niveles educativos y vinculación de los procesos pedagógicos con la ciencia y
la tecnología.
En lo que se refiere al nivel
medio superior, que es donde laboro existía una gran diversidad curricular y
era necesario homogenizar y racionalizar los contenidos y métodos. Por ello en
1992 en el marco del Acuerdo Nacional los planes y programas de estudio de los
bachilleratos tecnológicos fueron reestructurados, se revisaron los programas
educativos y se crearon nuevas carreras.
Hoy en día es necesario que los
programas de estudio proporcionen formación humanística, científica y
tecnológica para que los jóvenes de nivel medio superior puedan integrarse a la
sociedad, comprendan y resuelvan
problemas, fortalezcan sus
valores e identidad.
Con la RIEMS la nueva estructura
curricular propone un modelo centrado en el aprendizaje sustentado en el
constructivismo, se maneja un tronco común de asignaturas para el dominio de contenidos, que se base en
competencias, que tenga flexibilidad curricular e innovación.
Los planes y programas de
estudios de 1993 su estructura era por unidades, temas, subtemas, objetivos,
además que se sustentan en el paradigma cognitivo-constructivismo, en donde se
concibe enseñar habilidades de aprender a aprender y a pensar en forma
eficiente, independientemente del contexto institucional. Pero aun así se considera
que tanto para el docente como para el alumno la enseñanza era más memorística,
de repetición y no había mucha libertad de construir su propio aprendizaje. El
docente facilitaba y el alumno solo memorizaba y repetía, y no era importante
si el alumno aplicaba el conocimiento.
Los planes y programas actuales no
vienen tan detallados, solo el tema principal y contenidos actitudinales,
procedimentales, para con ello elaborar las secuencias didácticas, donde la evaluación
toma un lugar importante y no solo es: diagnostica, formativa y sumativa, también
auto-co-heteroevaluación. Teniendo como actor principal al alumno para que
desarrolle conocimientos, habilidades y destrezas.
Tanto los programas de 1993 hasta
los de hoy en día considero que son una herramienta para el docente, pues nos
describen temas y/o actividades de enseñanza y aprendizaje para que el docente
y el alumno puedan lograr el objetivo de la asignatura. Los programas nuevos
son una guía para que cada docente pueda aplicar su experiencia, conocimiento y
métodos didácticos para que los alumnos logren desarrollar habilidades y
competencias.
Por ello considero que los planes
y programas no son normas, pues orientan y su estructura puede ser modificada
de acuerdo a las necesidades del alumno, contexto y experiencia del docente.
Bien preciosa María Antonieta
ResponderEliminarMil gracias por hacer tu publicación muy a tiempo en la que muestras claridad en los cambios que han tenido los planes y programas.
Así mismo, nos mencionas sobre la nueva propuesta que se pretende trabajar actualmente en bachillerato, esperemos que ahora les resulte mucho más factible de brindar sus propias propuestas didácticas en las que puedan desarrollar situaciones didácticas acordes al contexto de sus propios estudiantes.
Adelante preciosa, felicidades por tu empeño.
Un Abrazo
Lety